En una decisión inesperada, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha ofrecido colaborar con la administración entrante de Donald Trump para deportar a migrantes con antecedentes penales. Este anuncio marca un giro en la política de una ciudad tradicionalmente conocida como refugio para inmigrantes, lo que ha generado intensos debates. Según [nombre de la fuente], Tom Homan, futuro “zar de la frontera”, aceptó la oferta, prometiendo una acción agresiva para reforzar la seguridad pública, según lo destacó El medio El país.
Desde 2022, Nueva York ha enfrentado una crisis migratoria sin precedentes, exacerbada por el envío de autobuses desde Texas con miles de migrantes.
Adams, quien ha pedido durante meses apoyo federal, ahora busca medidas más drásticas para abordar la presencia de migrantes con historial delictivo.
Esta postura lo aleja de otros líderes demócratas, como los alcaldes de Los Ángeles y Chicago, quienes defienden políticas más inclusivas.
El gesto del alcalde Adams, aunque controvertido, subraya su compromiso con la seguridad pública. Sin embargo, plantea preguntas difíciles: ¿Será este el fin de la política de “ciudades santuario”?