El 26 de diciembre de 2004, un terremoto de magnitud 9,1 desató tsunamis que devastaron 14 países del océano Índico. Más de 230.000 personas perdieron la vida y millones quedaron afectadas. Indonesia, epicentro de la catástrofe, sufrió la mayor devastación con miles de muertos y hogares destruidos.
CNN destacó cómo la tragedia impulsó avances en sistemas de alerta temprana, previniendo desastres similares. Dos décadas después, el dolor sigue vivo en las comunidades.