Un terremoto de magnitud 7,3 golpeó la isla de Vanuatu, en el Pacífico, dejando a su paso un rastro de devastación. Edificios colapsados, vehículos destrozados y deslizamientos de tierra fueron reportados en varias zonas.
Las autoridades confirmaron la muerte de al menos una persona y temen que el número aumente conforme avancen las labores de rescate. La intensidad del seísmo generó pánico entre los residentes, muchos de los cuales huyeron hacia zonas elevadas por temor a un posible tsunami.
Los deslizamientos de tierra agravaron los daños, bloqueando carreteras y dificultando el acceso de los equipos de emergencia. Expertos advierten que Vanuatu, ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, sigue expuesta a fuertes réplicas en las próximas horas.