La prisión militar de Sednaya, ubicada al norte de Damasco, sigue siendo escenario de liberaciones de prisioneros, aunque muchos permanecen en condiciones estremecedoras. Según informes recientes, se estima que hay decenas de miles de detenidos en celdas profundas, protegidas por muros de hormigón armado y puertas de seguridad eléctrica.
Estos niveles subterráneos, que albergan a los prisioneros, están sellados de manera que solo pueden ser accedidos rompiendo las puertas. Como se ha revelado, todos los guardias han huido con los códigos de acceso, dejando a los detenidos en un estado alarmante de incertidumbre.
La situación en Sednaya refleja la grave crisis de derechos humanos en Siria, donde la opacidad y el secreto rodean el destino de muchos. Las organizaciones de derechos humanos han expresado su profunda preocupación por el bienestar de estos prisioneros, que enfrentan un futuro incierto.